Con
tanta lluvia y temporal, las famosas katiuskas, o catiuscas, han salido a la
palestra como calzado práctico y apañado de precio (bueno, esto último con
algún matiz importante). La famosa Katiuska -apodo cariñoso de Katia- era un
personaje ruso de la zarzuela del mismo nombre, con música de Sorozábal, que vestía a la manera tradicional rusa, con
botas altas, y de ahí el nombre zarzuelero del susodicho calzado. En realidad
las de Katiuska no eran de goma, y tampoco estoy segura que la anécdota sea del
todo cierta - las mujeres han calzado botas altas o de media caña mucho antes
de que Katiuska les pusiera nombre- pero
eso ahora es irrelevante.
En Gran
Bretaña les llaman “wellies”, de Wellington
boots (botas Wellington), primer duque del mismo nombre que encargó unas
botas altas a su zapatero alrededor de 1815. El diseño se hizo tan famoso entre
los hombres, que con la invención del vulcanizado del caucho natural de Charles
Goodyear, otro gran emprendedor, Hiram Hutchinson, se dedicó a fabricar calzado
en Francia. En un país eminentemente agrícola que calzaba zuecos de madera, el
hecho de volver con los pies secos – más o menos- y limpios a casa debió
constituir un gran logro.
Digo lo
de más o menos secos porque esto del caucho es muy útil para que el agua de
fuera no penetre, pero la bota de goma de toda la vida sigue dejando los pies
como requesón si se llevan durante mucho tiempo. Por lo menos a mí, y he probado varios
modelos:
Las
botas Snipe o Eya de hace un montón de siglos, tantos que no existe rastro en internet, pero se parecían mucho a estas de Aigle
Aquellas
de principios de los 80 que imitaban los botos con tacón cubano. Otra antigualla que a falta de documento gráfico sustituyo por otras de unas temporadas pasadas de Pirelli Pzero. Irresistibles.
Las
omnipresentes Hunter, a las que he cogido bastante manía porque pesan y no dan
demasiado buen resultado, aunque tiene mucho tirón ahora mismo
Las de
amazona de Decathlon, de magnífico diseño, eso sí, hay que sacarlas con ayuda
porque hacen el vacío
Y las Le Chameau, en realidad, equivalente a cualquier bota de armería de toda la vida
donde se pueden encontrar también las Aigle del mencionado Hutchinson
De esta temporada me gustan mucho las Gioseppo que imitan al botín Chelsea para hombre y mujer, y así, de esta manera damos cancha al calzado ilicitano para la lluvia, que seguro que no se vende por aquellos soleados lares
De esta temporada me gustan mucho las Gioseppo que imitan al botín Chelsea para hombre y mujer, y así, de esta manera damos cancha al calzado ilicitano para la lluvia, que seguro que no se vende por aquellos soleados lares
Ahora
mismo, y de nuevo con un aire nostálgico, he vuelto a las que recuerdan a mi
niñez, unas Batela amarillas de pescador. Son ligeras, de hecho creo que son de
resina y no de caucho, no pesan, no crean condensación y no son nada caras. Las hacen por estas tierras vascas y eso siempre encaja en este blog
Aunque una nunca se puede resistir a modelos divertidos como estos de Martin, que imitan a las (incómodas pero míticas) Dr Martens
Aunque una nunca se puede resistir a modelos divertidos como estos de Martin, que imitan a las (incómodas pero míticas) Dr Martens
¡Feliz chapoteo!