Tuesday, December 24, 2013
Saturday, December 21, 2013
Montañeros y otras especies
¿Qué es lo que tiene el mundo de la montaña,
que obliga a sus aficionados a vestir con su estilo montañero allá adonde van, sin
discrimar actos sociales o vida urbana de sus ascensos y escaladas?
Ya sé que todas las tribus urbanas –o no
urbanas- tienen su propio lenguaje, pero este de la montaña siempre me ha
llamado la atención particularmente.
Esta semana se está celebrando en Bilbao la sexta edición del Mendi Film Festival, magnífica reunión de las mejores películas
y documentales sobre el alpinismo, escalada, esquí de montaña y todo lo
relacionado con este mundo. En realidad, un gran festín de aficionados y
profesionales del riesgo, aventura y deporte extremo.
He asistido a varias sesiones y la
experiencia estilística ha sido muy parecida a una subida al Pagasarri (monte
dominguero por antonomasia del mismo Bilbao) o un catálogo de Decathlon: forros
polares con cremallera en el cuello, pantalones de gabardina, anoraks
corta-vientos, y por supuesto, calzado de montaña. Las marcas, variaditas:
Ternua, The North Face, Quechua, Carhartt, etc
Claro está que todo lo arriba mencionado sólo
es el acompañamiento de un aspecto físico determinado: pelo greñoso y con
aspecto de no haber visto un peine en años (si se tiene rizado, suele ser ideal
el estilo Einstein), barba en los hombres, cada cual como pueda. Común en
hombres y mujeres, los anillados varios, piercings –esto siempre me ha parecido
indicador de que el usuario no puede ser un avezado escalador porque me parece
bastante incómodo para climas
extremos. También son típicas las
rastas, sueltas o recogidas en un turbante-pañuelo, lo que favorece la imagen
de higiene descuidada.
De todas formas tengo la impresión de que
este estilo es algo particular de la tierra donde vivo, montañeros de
otros países adquieren variantes con rasgos más locales.
Podrían copiar un poco el anuncio de Paul
Smith para ver que se puede vestir cómodo y deportivo sin dar la sensación de
acabar de salir de la tienda de campaña.
Y para quien quiera más de Sébastien Montaz-Rosset y The Flying Frenchies, sus dos películas a concurso son de lo mejor del festival aunque yo me quedo con la más artística, “Petit bus rouge”
Sunday, November 24, 2013
Y Volver, volver, volver...
“…a tus brazos otra vez…” famosa ranchera
de Vicente Fernández, o aquel “volver con la frente marchita” de Carlos Gardel,
bandas sonoras muy adecuadas para mi vuelta al teclado, esta vez en castellano.
En realidad, la vuelta era la del verano, pero perdí a mi corrector de textos
por el camino. Así que por el momento, y para probar a todos esos lectores que
dicen que no me leen porque no dominan el inglés (o eso dicen), vamos a ver qué
pasa al escribir sobre el estilo español, en español.
En aquel artículo sobre la vuelta, hablaba
de lo plasta que es el personal presumiendo de los sitios en los que ha estado
durante las vacaciones, de los
restaurantes en los que ha comido, del último deporte que ha probado y de qué
pena me das que no tienes nada exótico que contar. Con el boom del ladrillazo,
todo bicho viviente tenía derecho a irse de vacaciones al lugar más alejado de
su domicilio habitual, y a contarlo a la vuelta, siempre asegurándose de que
rellenaba todas las casillas de lo que se espera de tal experiencia. Que si se
ha ido a un lujoso resort, visto la casa
de tal famoso, cenado en no se qué
chiringuito michelinamente estrellado, visitado el sempiterno museo, descubierto algo que nadie sabe, visto el espectáculo del momento, etc. Además siempre en plan "apañao" de precio, vamos, una petardada (o mucha envidia). Muy pocos cuentan sus vacaciones según lo que han aprendido, la gente que han conocido o los libros que han leido.
Yo personalmente, como no me puedo ir a esos lugares exóticos, he aprendido muchas cosas; y todas muy útiles. Que el arroz sale mejor si le añades el agua caliente, que me parece que Arturo Pérez-Reverte se inspiró en el protagonista de la novela de Sommerset Maughan, “El filo de la la navaja” para “El
tango de la guardia vieja”, que muchos hombres en Santander llevan una esclava de oro ; que esta ciudad va a albergar el único edificio de Renzo Piano en España, y los próximos mundiales de vela (2014 Sailing World Championships).
También he aprendido – a pesar de decirlo varias veces-que hay que asegurarse que tu “monkey” no mete en su bolsa de mano la varita mágica de Harry Potter con punta de neón a riesgo de perder la conexión transoceánica porque no pasa el control de seguridad, aparentemente era fundamental realizar algún conjuro en el avión. He conocido Charlotte, Carolina del Norte, donde se rueda Homeland (dato pop para quienes no conocen la ciudad), y las ambiciones de un museo como el Mint, con ganas de introducirse en la escena internacional. Me ha fascinado la serie “House of Cards”(sobre todo su extraordinaria banda sonora) y la nueva manera de ver televisión con Netflix, con un poco de sufrimiento, me he enseñado a mí misma a correr estilo descalzo inspirada por el libro de Adharannand Finn, “Corriendo con los keniatas”; he confirmado que adoro a mis amigos que no hablan de sus hijos contínuamente, que Salome Campos era una mujer fuerte e intrépida, que nadó los 5 kilómetros que separan el puerto de Bermeo de la isla de Izaro sin entrenar regularmente, y sin los trajes de neopreno que protejen de las frías y movidas aguas del Cantábrico…
El Centro Botín de Renzo Piano, Santander |
La esclava, Santander |
También he aprendido – a pesar de decirlo varias veces-que hay que asegurarse que tu “monkey” no mete en su bolsa de mano la varita mágica de Harry Potter con punta de neón a riesgo de perder la conexión transoceánica porque no pasa el control de seguridad, aparentemente era fundamental realizar algún conjuro en el avión. He conocido Charlotte, Carolina del Norte, donde se rueda Homeland (dato pop para quienes no conocen la ciudad), y las ambiciones de un museo como el Mint, con ganas de introducirse en la escena internacional. Me ha fascinado la serie “House of Cards”(sobre todo su extraordinaria banda sonora) y la nueva manera de ver televisión con Netflix, con un poco de sufrimiento, me he enseñado a mí misma a correr estilo descalzo inspirada por el libro de Adharannand Finn, “Corriendo con los keniatas”; he confirmado que adoro a mis amigos que no hablan de sus hijos contínuamente, que Salome Campos era una mujer fuerte e intrépida, que nadó los 5 kilómetros que separan el puerto de Bermeo de la isla de Izaro sin entrenar regularmente, y sin los trajes de neopreno que protejen de las frías y movidas aguas del Cantábrico…
Así que de vuelta a mi portátil con
historias frescas o desempolvado anécdotas, The Spanish Style retorna a sus brazos otra vez, señoras y caballeros, esta vez, en castellano.
Thursday, July 25, 2013
Jute With Canvas
When complicated laces and straps squeeze
your ankles, when plastic soles make your feet sweaty and slippery, when
impossible heels scrunch your toes forward, when buckles leave an undesirable
jail cell tattoo, when your toes can’t hold the flip flop action any longer,
Lord help us all. It's time to switch to
something simple, yet flattering (is this not the most important part of
dressing? If not, what is the meaning of it all?)
Introducing the wonderful and rudimentary alpargatas-simple jute-soled canvas sandals, or espadrilles, to borrow from the French. Now most of them have vulcanized rubber soles
for added durability, but I still remember the old ones. One step in a puddle
and they looked like a ruffled scarecrow and smelled like a wet dog. From that
experience one learned not to wash - ever - the espadrilles, but to rather attempt to clean the canvas with a wet
cloth or a brush.
Nowadays the traditional Spanish
espadrilles makers have modernized with contemporary designs, while keeping the
fundamental materials intact. Castañer (outrageously expensive, by the way),
Toni Pons, the new-comer Kameleonik, Mas que lunares, the luxury Spanish brand Loewe, the not-so Mustang, Iata
(their "Copete" model are great for men), Mint & Rose, Seven2four, even Zara, of course…
Castañer |
Castañer |
Castañer |
Toni Pons |
Loewe |
Mustang |
Iata, "Copete" |
Mint & Rose |
Seven2four |
Seven2four |
Zara |
Zara |
Every little country store will have the
omnipresent regional espadrilles–always the cheapest option- the one solid
color or the navy stripped canvas. The plain ones are easy to cover, if you
don’t like the color or want something a little more varied, with your favorite
fabric. Or you can always paint them or even customize them further by adding
bottons, laces, charms or pailletes, or ironing on a fun sticky-patch. It's pretty
easy, even for a novice shoe-hacker.
I have a few pairs of alpargatas, but my favorite by far are two simple lace-up pairs by
Toni Pons –one black, one tan- that have a very particular shape of wedge. For
some reason I am attracted to slightly curved wedges and discard all of the
rest. Straight is just too straight for me. Just yesterday on the other side of
the border –that is the French- Spanish one-I bought my next big thing, a pair
of fantastic, monstrous wedge pumps. Nine centimeters of natural jute, my
perfect height. And guess what? They're
“made in Spain”.
On top of my summer reading, after the two bricks on Cromwell, the third one "A Place of Greater Safety" by Hilary Mantel |
Monday, July 15, 2013
Ostrich or Dolphin?
To celebrate the start of the summer I
participated in my first aquathlon. It is a race that combines running and
swimming, normally on the sea or the mouth of a river. This one I had targeted
some time ago, slated to be held on a beautiful, compact trail and a calm open
sea. I knew I could do the distance
(2,5km running- 1km swimming- 2,5 km running) but started to doubt myself after
a few serious sports enthusiasts kind of said “really?” in a high-brow, amused
way. I was a swimmer - I swam a whole lot during my school years, that is
-before I became a runner and thought that I had to try. Even so, as the date approached I almost ran
out of time to get inscribed, so numerous were my doubts. I think that what
discouraged me was the fact that it was a real race for semi-professional
triathletes, that the maximum number of participants was only 150 (not much
room to go incognito) and that I was all by myself, no friend to share the
logical fears of a novice. So likely to be the last one to cross the finish
line… I just hoped that there would be no time limit and that I wouldn’t have
to be picked up by the coche escoba (literally
“street sweeper”, in this case the vehicle that picks up the stragglers and the
dumb ones who have over-estimated their ability).
Plencia's aquathlon: swimming back |
So there I was at the starting line,
chatting up the other athletes in their 20s, all looking very pro. They must
have thought “who the hell is this character?” A 40-something mother trying to
prove to herself that she can finish this thing, that’s who! And the air horn
went off and everyone sped ahead, leaving me behind. The trail was
uneven and it mixed grass, dirt and railroad ties, so one had to be careful not
to trip and lose one’s balance or even worse, sprain an ankle (at which I am a
real expert, let me tell you).
So I’m tired after the first round, not yet
enough endorphins released to enjoy the pain, but here it comes, the wet part.
That’s a total liberation despite the fact that I can’t see nuthin’ but muddy
green water and almost get caught on the buoy rope of a nearby boat – signage is
not great. The temperature of the water is fantastic and suddenly I’m not tired
any more. I could swim double this distance. I’m having to deal with looking up
out of the murky water to stay on course while avoiding the boats, and I head
towards the wrong bridge pillar, going all the way around it, a lot of wasted effort.
So I have to stop and yell at the girl on the paddle board to tell me where in the
water is the the correct turn-around point. Apparently I had swum an extra 300
metres which just added to my great feat. Dog!
As per the lack of style, that was a
disappointment. I wore my training Speedo bikini which was the only two-piece outfit
in the whole competition. Probably because the other participants were serious
and all possessed their triathlon suits. Almost everything was black, only
broken by the women’s orange swimming caps. So no cool photos this time.
After the feat. Happy although she can't even smile |
I feel like a cross between a sleek, dignified
dolphin and a freaked-out ostrich running from a lion. But I did it and it felt
fantastic. And I was not the last one to cross the line, in fact I left behind three or four participants and I even saw an athlete WALKING!
This weekend, another swimming in a river (Travesía a nado de la ría de Bilbao, the second oldest race of its
type in Spain) and next, who knows, maybe the Alcatraz Challenge in San Francisco!
Swimming in the Bilbao river |
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